martes, 17 de julio de 2012

Buceando en Ihasia, Chalokk, Koh Tao


Sentarme a escribir y rememorar estos días me despierta una sensación familiar.  Existía un objetivo claro a cumplir, y era certificarme como open water dive, y que el mundo subacuático me reciba de buen modo.
Hacia muchos años que estaba con ganas de tomar el curso de buceo, y mis ultimas experiencias en Los Roques, Venezuela, habían confirmado la pasión por pasar horas en el agua nadando en medio de tantos peces y corales. Llegue a Koh Tao, en compañía de alex, mi amigo de chile. Al instante, alquilamos dos motos, y salimos en busca de un lugar para dormir y encontramos un hostel en la zona de Sairee, en pleno corazón turístico de la isla.



Pasamos dos noches, entre bares, playa y conseguir una escuela para bucear. Alex, ya estaba certificado, y necesitaba hacer el rescue y el dive master, que son niveles superiores, previos a certificarse como instructor. Y así, conocimos Chalokk, un sitio algo mas alejado, con una comunidad hispana para sentirse y vivir unos días en familia.  Y no podríamos haber encontrado ninguna familia mejor que Ihasia, la escuela para tomar el curso, y el brujo a la cabeza, como buen padre de familia, y un equipo de instructores, y compañeros que hicieron  que mi semana sea mas que cálida.

Con el brujo


 


















El brujo, Pixa, Irene, Baiana, Nayra, Aitana, Unai, Javi, Diego, Victor, y me están quedando mas por saludar. Fueron cuatro noches viviendo en las habitaciones de la escuela frente a la playa, con algunas clases teóricas, vídeos, y por fin la practica. Irene, nuestra instructora, y Manolo y Lily, que estaban de luna de miel, mis compañeros de curso. Estos días fueron a puro sol, un desayuno rico por la mañana bien temprano, y en curso hasta las seis de la tarde.


Lo que quedaba del día, era un snorkel en Shark Bay, o unas cervezas hasta terminar en el Next Door, el bar de playa, junto a la peña de españoles. La experiencia vivida buceando en Tailandia, es una de los regalos mas lindos que me esta dando este viaje. Me abrió la puerta a un mundo desconocido para muchos, y encontrarme en medio de rocas, corales, rayas, el tiger fish, nemo, tortugas y tiburones punta negra son recuerdos en mi memoria para siempre. Finalmente, y tras hacer el examen, y terminar el curso, recibí la certificación de Open Water Dive en SSI. Y ahora solo resta continuar con la practica y seguir avanzando en los siguientes niveles para pasar de los 18 metros a los 30 metros de profundidad bajo el agua. 


 
 
 









Había terminado el curso, pero estaba muy cómodo, así que decidí quedarme unos días, y tuve la suerte de heredar una casita frente a la playa al lado de la escuela. Tenía mi mesa y sillas en la terraza, y la posibilidad de quedarme mirando el mar, y la montaña desde mi propio espacio. 















Un día decidimos con Unai y Javi,  dos amigos españoles de Canarias, ir a pasar dos dias a la bellísima playa de Banana Rock
Y así llegaba la despedida de Ihasia, y de Chalokk, pero antes íbamos a recibir un regalo de esta hermosa isla. Unai me insiste para que vayamos a Shark Bay para hacer snorkel. Esta bahía es muy conocida por la posibilidad de ver algunas tortugas y tiburones punta negra. Y así fue, que se acercaron a despedirnos.
Estábamos nadando en el medio del mar, cuando Unai me llama que estaba el tiburón, y la verdad que en ese momento pensé: "y bueno ahora ya estoy acá, no voy a perderme la posibilidad", pero lo cierto es que estaba cagado hasta la medula. Y nomas acercarme, ahí lo vi pasar por debajo mío. No podía creerlo ! Me quede inmóvil, creo que ni siquiera respire por un rato, y es que tampoco quería molestarlo demasiado. Y siguió su camino como si nada. Y atrás Unai nadando para seguirlo, y al rato me dice: "porque no lo seguiste ?". Y que le pude haber contestado ! " no me jodas tío ! Que todavía estoy asimilando que estuve en el agua con un tiburón".
Acá les dejo una foto que rescate para que puedan verlo.  Y al rato nomas, la tortuga. Como de metro y medio. Comiendo en la profundidad, y subiendo después de un rato para tomar algo de aire y volver a lo profundo. Estuvimos alrededor de media hora siguiéndola, y a diferencia del tiburón, se queda un rato largo sin moverse demasiado, y no se molesta de que te quedes ahí con ella. Y de golpe, estaba Nayra, Pixa, Diego y Victor tambien, todos nadando con ella. 
Así fue la despedida que nos ofreció Koh Tao. Una cena todos juntos, y al día siguiente mi partida hacia Koh Phangan.